El rey Euristeo le había encargado a Heracles doce trabajos bajo la promesa de que si los cumplía, le haría inmortal. Estos trabajos fueron:
I.El león de Nemea: este león era un terrible animal hijo de Ortos y Quimera. Heracles intentó matarle con todas sus armas, pero resultaron inútiles. Tras pensarlo, Heracles decidió encerrarle en su propia cabaña y ahogarle introduciéndole el brazo hasta la garganta. Tras darle muerte, usó las propias garras del animal para arrancarle la piel y entregársela a Euristeo.
II.La hidra de Lerna: era un despiadado animal que vivía en el lago de Lerna, en el inframundo. Heracles empezó lanzando flechas de fuego para incitar al animal. Le iba cortando las cabezas, pero de cada una que cortaba nacían otras dos. Heracles, desesperado, pidió ayuda a su sobrino Yolao. Lo que hicieron fue que tras cada decapitación, incen- diaban el muñón para que no volvieran a nacer más cabezas. Así consiguió derrotar a la Hidra y cumplir el segundo trabajo.
III.El jabalí de Erimanto: era un jabalí de gran fuerza al que Heracles tuvo que perseguir durante varias horas para darle caza. Cuando le hubo pillado, lo ató con cadenas y cuerdas y llevándolo sobre su espalda, se lo entregó vivo a Euristeo.
IV.La cierva de Cerinia: era un majestuoso animal con la cornamenta de oro y las garras de bronce. Tenía una gran velocidad, por lo que Heracles tardó unos 11 meses en capturarla (lo hizo mientras estaba parada bebiendo agua). Tras hacer esto con una flecha, se la entregó a Euristeo.